2.- Pon todo ese buen humo en tus pulmones ¡No vayas a exhalar!

3.- Mantén el humo adentro con el proceso conocido como hiperventilación.

5.- Cuando te empieces a relajar y respirar normalmente, el proceso estará haciendo efecto.

6.- Finalmente, cuando las moléculas milagrosas lleguen al centro de tu cerebro te encontrarás sumergido en un nuevo mundo.

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